Víctor Raúl Medina, con el billar en las venas

Ser un niño y no tener una mesa de billar no fue un impedimento para Víctor Raúl Medina, un billarista itagüiseño que inició en este deporte impulsado por el ejemplo de su hermano que era un aficionado del billar. Tres canicas, libros con los que formaba un rectángulo para emular la mesa y un lápiz, que hacía las veces de taco, fueron los elementos que forjaron los pasos de todo un campeón.

A Víctor le brillan los ojos cuando empieza hablar de su deporte e incluso se distrae de la conversación mirando hacia otras mesas, analizando los movimientos de otros jugadores o disfrutando de una buena tacada. Es todo un profesional, sabe todo sobre el billar, desde joven no solo se interesó por jugar, sino también por ser el mejor y hacerlo bien y por ello –cuenta- se dedicó a leer libros que hablaran de las metodologías y fórmulas que tiene el billar – porque dice- en él todo es matemática y física.

Su primera vez en un billar fue a los 8 años, “cuando estuve allí vi que todo lo que había planificado en mi mente y en el suelo lo estaba haciendo realidad, vi que tenía capacidades y ahí fue creciendo mi afición por este deporte”, desde entonces empezó a relacionarse con los mejores billaristas de ese entonces del municipio, “yo llamaba la atención de ellos y eso fue llenando mi ego y me motivaba a aprender más”.

Es común que la gente piense en el billar como un juego para perder el tiempo o una excusa para tomar cerveza y sus padres no fueron la excepción, durante mucho tiempo se opusieron a que Víctor fuera billarista, sin embargo, el seguía jugando, empezó a leer libros y competir y a medida que él se educaba iba quitando esa mala percepción que tenían sus padres del billar.

Medina ha dedicado toda su vida a este deporte, ha sido campeón municipal, departamental y nacional de la modalidad tres bandas y fantasía, fue entrenador de la selección Antioquia durante 10 años y logró sumar durante esa época más de cinco preseas doradas para el departamento en el billar.

Actualmente es un jugador retirado, ahora se dedica a la instrucción, “quiero enseñarles a los niños a practicar este deporte de manera inteligente y con pasión”, da clases como independiente y además se ha preocupado porque la comunidad empiece a ver con otros ojos el billar, lo disfruten y se interesen por él.

Para ello creó Billar al Parque, un evento donde instala un billar y hace un espectáculo donde billaristas profesionales muestran las diferentes modalidades de juego e integran al público. Esta actividad se ha realizado en Itagüí durante el Día Internacional de la Pereza, en San Pedro de los Milagros y en Girardota.

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