Las Vidas paralelas de Plutarco contienen la siguiente historia: «El primer mensajero que dio la noticia sobre la llegada de Lúculo estuvo tan lejos de complacer a Tigranes que éste le cortó la cabeza por sus dolores; y sin ningún hombre atreverse a llevar más información, y sin ninguna inteligencia del todo, Tigranes se sentó mientras la guerra crecía a su alrededor, dando oído sólo a aquellos que lo halagaran…»
Aunque de griegos no nos queda mucho y Plutarco observaba hábilmente la naturaleza humana hace ya casi 2000 años, parece que la vieja costumbre de castigar al que trae las malas noticias -y no al que las genera-, sigue muy vigente en Colombia.
Paradójicamente a principios de este mes, muchos sacaron pecho para celebrar el 3 de mayo como el Día Internacional de la Libertad de Prensa. Un nombre rimbombante y sonoro, que poco coincide con la realidad que viven los periodistas, especialmente aquellos que tocan los hilos del poder. La censura tiene muchas formas y a pesar del compromiso de los gobiernos de respetar el derecho fundamental de los ciudadanos a informar y ser informados, traducido en libertad de prensa, los medios de comunicación siguen siendo objeto de ataques y restricciones debido a intereses políticos y económicos.
Amordazar la prensa no solo es atentar contra quienes ejercen el periodismo, sino contra toda la sociedad y es en definitiva amenazar la democracia, pues sin la posibilidad de una opinión pública libre, los ciudadanos perdemos la opción real de elegir.
La relación entre democracia, libertad de prensa y desarrollo ha sido bien documentada en nuestra brevísima historia humana, no obstante, pareciera ser que matar al mensajero en lugar de atender su llamado, es la fórmula fácil para pasar la pagina y sobreescribir versiones fragmentadas e imprecisas de los hechos.
Sin embargo, una esperanza se vislumbra en los jóvenes cada vez más participativos y en los nuevos medios de comunicación, que bajo las dinámicas de la Internet hacemos periodismo libre, por fuera de las grandes estructuras económicas o políticas, donde los lectores son los verdaderos dueños.
Al gran maestro Daniel Coronell, un abrazo solidario y nuestras puertas siempre abiertas a él y a todos los colegas silenciados en el ejercicio de su difícil pero abnegada y necesaria labor de mensajeros.
Itagüí Hoy
Periodismo local, digital y ciudadano.
Itagüí, Colombia, 29 de mayo de 2019