Pastor James Fajardo – columnista

La importancia de la familia en la sociedad

Por Pastor James Fajardo 
Ministerio Verdad y Vida

Desde niño escuché decir de mis mayores la frase: La familia es la base de la sociedad”, sin lugar a dudas esa es la verdad. Esta expresión ha influenciado  de manera muy positiva a algunas personas más que en otras. Y  podemos confirmar que la sociedad refleja lo que se vive en cada uno de los hogares que la componen.

Es en el hogar donde cada individuo tiene la oportunidad de crecer y desarrollarse como persona, es allí donde se educa y se forman a los futuros hombre y mujeres que aportarán o deteriorarán nuestra sociedad.

Los hogares son tan importantes, que lo que se vive dentro de ellos, sean logros, o tristezas no solo afecta positiva o negativamente a sus seres más cercanos, sino que  también beneficia o perturba de una manera directa o indirecta a su contorno social. Por eso la entidades gubernamentales deben proteger y salvaguardar a través de políticas la estabilidad familiar.

Lo que muchos quizás desconocen es, ¿donde surge la idea de la familia? ¿Fue el hombre quien organizó la institución llamada familia? o ¿alguien más? La respuesta la encontramos en la Biblia, en el libro de Génesis, donde nos narra los inicios de la humanidad. 

Génesis 2: 24 B.L.A

24 Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

Por medio de este pasaje Bíblico, vemos con claridad que fue Dios quien instituyó la familia. Dios ordena al hombre tomar a su mujer como esposa y establecer el vínculo familiar para luego darle  forma a la sociedad. Este precepto divino tiene como fin que todos los que buscan establecer un hogar, tengan como prioridad dar una buena formación, orientación y educación a sus hijos, para que así ellos den un aporte efectivo a la sociedad.

Sin embargo la familia a sufrido considerables cambios, surgiendo algunos enemigos que la han deformado de una manera colosal, uno de los mayores enemigos es el divorcio. Son incontables los casos que se evidencian en nuestra sociedad, donde esta epidemia azota de una manera muy significativa a los hijos, ya que ellos son los directamente afectados y quienes sufren las consecuencias de las malas decisiones de los padres. Muchos de estos hijos con hogares disfuncionales, sin la figura de papá o mamá están propensos a cometer un sin número de errores en la vida, ya que han quedado expuestos a los ofrecimientos nocivos de la sociedad, para así convertirse en emisarios del mal.

No permitamos que el fundamento de nuestra sociedad siga deteriorándose, hay que intentar preservarlo,  procurar que nuestro hijos prosperen con la bendición de un hogar. Enseñemos a nuestros hijos el valor de tener un hogar, amar una pareja, respetarla, serle fiel. disfrutar de la bendición de los hijos, darle bases necesarias para la buena convivencia en familia y la sociedad, pero sobre todo acercarnos a Dios quien edifica y consolida los hogares.  

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